NO SOY TU MADRE

16 de junio de 2019 > Institucional

NO SOY TU MADRE

16 de junio de 2019 > Institucional

NO SOY TU MADRE

Lic. Paula López

Noticias lo hizo otra vez. A pesar de la marea feminista que ha inundado el país, el medio gráfico y digital, en una actitud misógina, violenta y provocadora; vuelve a colocar a la candidata a vice presidenta Cristina Fernández de Kirchner como protagonista de la tapa de la revista.

La misma es una adaptación burlesca y chabacana de la pintura renacentista Madonna Litta, en la que se retrata a la Virgen María amamantando al Niño Jesús. Sin embargo, en la publicación de Noticias del pasado 13 de junio, el rostro de la Virgen fue reemplazado por el de la exjefa de Estado, quien se ve lactando a dos bebés con los rostros de Alberto Fernández y Sergio Massa [1]. Pese a que el grupo perfil cuenta con una editora de género, la nota “Los Cristinos” fue así ilustrada, dejando en evidencia que hay cuerpos que importan, y otros, precisamente los que incomodan a los grupos de poder, que pueden ser sometidos a escarnio público.

A la luz de la mencionada publicación se hace necesario explicar qué es la violencia simbólica y mediática contra las mujeres, porque cuando ni el sentido común ni el respeto a la dignidad humana se aplican; se crean las leyes de discriminación positiva, para resguardar y reparar a quienes se ven vulneradxs en sus derechos.

Este es el caso de la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales, sancionada y promulgada en el año 2009. Allí se describe la violencia simbólica como aquella que por medio de estereotipos continúe la reproducción de un modelo cultural, político, económico y social que perpetúe la subordinación de las mujeres. Podría decirse entonces que este tipo de violencia es subyacente a todos los demás. Por otro lado, el contexto en el que se produce la violencia configura, para la ley, la modalidad. En este sentido, la modalidad mediática es “aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, difame, discrimine deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres (…)”.

Lo peligroso de esta tapa de Noticias es el mensaje aleccionador que representa para todas las mujeres. Como si estar en el centro del escenario político nacional no fuera el lugar para ellas (para nosotras), como si su espacio de desenvolvimiento por naturaleza fuera el hogar y el único rol permitido sea el de la maternidad y el cuidado. Y si alguna mujer osare a transgredir la esfera doméstica, entonces verá como su cuerpo y su imagen dejarán de ser propios, serán desposeídos, atacados y humillados en público.

Sin embargo, la producción periodística también apunta contra los varones. Para lxs responsables del informe, responder a la conducción política de una mujer tiene un costo que hace tambalear la masculinidad hegemónica. No es una lectura entre líneas, se observa a simple vista: integrarse a un frente político amplio pero con la presencia de Cristina Fernández de Kirchner te coloca en una posición infantilizada, ridícula, carente de autonomía propia, dependiente. Todo lo que un varón de la política no debiera ser. Sin embargo y gracias a los movimientos feministas, también han entrado en revisión las masculinidades, con lo cual ya no hay una sola forma de ser y demostrar cuán varón se es. El modelo de hombre blanco, heterosexual, exitoso, único decisor y superior a las mujeres; está en jaque. De eso se trata la igualdad.

Por último, se debe distinguir entre la libertad de expresión y la enunciación de mensajes violentos y discriminatorios. Es decir, la libertad de prensa es fundamental en toda sociedad plural y democrática, pero ésta no debe ser utilizada como excusa para encubrir prácticas discursivas que atenten contra la dignidad y derechos de otra persona o grupo de personas. La libertad de expresión es un ejercicio de la libertad individual, y en ese sentido, todos y todas somos igualmente dignos y dignas.