Paula López
Lic. en Criminalística
No, no es el rugby el que promueve varones violentos. Es el mandato de masculinidad hegemónica que atraviesa todas las actividades sociales. Y el deporte no escapa a ello.
Todxs lxs humanos estamos atravesados por el deber de performatividad del género. ¿Qué quiere decir esto? Que adoptamos características que arbitrariamente, en algún momento histórico, se asociaron a la genitalidad masculina o a la femenina. Entonces, para poder ser varones o mujeres nos enseñaron a sentir, ser y parecer de determinada manera.
Entonces, los varones rugbiers también deben cumplir con determinadas expectativas para poder ser “varones rugbiers”. Así es que, cuando muchos de ellos debutan en primera -por ejemplo- reciben “el bautismo”, que básicamente consiste en alguna práctica violenta que deben atravesar heroicamente para confirmar su masculinidad y su derecho a pertenecer.
En este sentido es preciso nombrar a la reconocida antropóloga feminista Rita Segato, que suele hablar de la “violencia viril” que no es, ni más ni menos, que el deber de cumplir con ciertas prácticas violentas que validan -de acuerdo a los códigos de la heteronorma- a ese varón frente a los otros. Entonces, ese niño, adolescente, adulto, “se rinde a un mandato de masculinidad que le exige un gesto extremo, un gesto aniquilador de otro ser para sentirse hombre” [1].
En adición a esto, los medios de comunicación alientan determinados estereotipos que, como tales, no reflejan la particularidad de cada individuo de determinado grupo social sino que reduce y simplifica determinadas características y comportamientos y al mismo tiempo las generaliza. Así, los rugbiers se desplazan en manada y golpean a otros varones, los futbolistas salen de noche y son exitosos en términos de conquistas heterosexuales, los fanáticos del fútbol son violentos barra bravas que destrozan el espacio público si no están conformes con el resultado del partido, los adolescentes con gorra son “pibes chorros”, y así infinitamente.
Habiendo dicho todo esto, ¿son los rugbiers violentos, o es la cultura patriarcal la que espera así como promueve determinados actos violentos para continuar reproduciendo un orden asimétrico y de dominación de unos grupos por sobre otros?
1- Edelstein, J. (2019, 14 de agosto). Segato: Por qué la masculinidad se transforma en violencia. La Haine.org. Recuperado de: https://www.lahaine.org/mundo.php/segato-por-que-la-masculinidad
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