Por Leandro Cardonetti
Lic. en Psicología
“Lo único de lo cual se puede ser culpable, al menos desde el punto de vista de la perspectiva analítica, es de haber cedido en su deseo. Esta proposición, aceptable o no desde el punto de vista ético, pone de manifiesto lo que constatamos en nuestra experiencia. Es por el hecho de haber cedido en su deseo que el sujeto se siente culpable” J. LACAN
Frente al desafío que nos plantea la emergencia de reconfigurar(nos), aparece el siempre visible, pero no por ello menos dañino, escenario de la información, el cual se presenta una vez más como un subproducto a ser comerciado.
La dinámica del estrés y la ansiedad, tan presente en nuestra sociedad (ataques de pánico como respuesta a la asfixia de un mundo en clave de anarco capitalismo) vuelve a sufrir ciertos embates.
En un mundo que nos prepara para la productividad, estar ociosos es un pecado.
El orden de fuerzas entre cientos de informaciones diarias a procesar:
"¿cómo sobrevivir a la cuarentena?", "¿qué películas mirar en cuarentena?", "10 recetas que podes hacer durante el encierro", sumado a toda la maraña de informaciones (no solo las falsas) configuradas en ese extenso universo epocal de las FAKE NEWS, sino también la catarata de informaciones verídicas que se repiten y se multiplican por la dinámica misma de la información, llevan a la ansiedad a elevarse a montos insufribles. Al mismo tiempo, defensas bajas horadadas, insisto, por la lógica de la NO productividad de este tiempo de resguardo, que insertan en lo inconsciente un mundo de culpa y de deslizamientos significantes:
¿PUEDES PERMITIRTE NO SER PRODUCTIVO PARA LO QUE EL SISTEMA CONSIDERA?
¿SI YA NO ERES PRODUCTIVO DONDE ESTA TU POTENCIA?
Este doble juego entre agentes estresores en aumento y posibilidad de nuestro psiquismo de simbolizar todo esto, no siempre funciona bien y es lógico que así sea.
Si hay algo que la PANDEMIA COVID 19 ha venido a hacer tambalear es justamente la invención humana: TIEMPO Y ESPACIO.
El espacio en absoluto cuestionamiento. Coartado, sesgado, por momentos inútil. El tiempo una suerte de burla: días con otras temporalidades, con otro timing, con otra organización.
La pandemia pasará y vendrán los desafíos:
Para el desafío económico el propio sistema ha demostrado históricamente que se reinventa, no necesita nuestra ayuda, tal vez sí nuestro cuestionamiento.
Para el desafío Sanitario, también habrá respuestas. Seremos mejores si nosotros mismos, que tomamos decisiones en el mundo de la salud, seguimos insistiendo (como la pandemia nos ha permitido) que el desarrollo y puesta en valor de nuestra área debe ser prioritario, porque sin salud no hay nada.
El gran desafío se configura en el orden de lo simbólico, de la potencia significante, de un nuevo modo de nombrar(nos).
Lacan insiste: "Sólo se puede ser culpable de retroceder frente al deseo".
El gran desafío entonces, será pensarnos en una lógica distinta por fuera de la propuesta del capitalismo salvaje que, como decíamos, es la lógica de la productividad.
Cómo anudamos modos diferentes de lazo a otros y presentamos posibilidades diversas de anclajes en un mundo (simbólico) que, necesariamente, deberá proponer otras posibilidades porque la disputa ahora está en el SUJETO.
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