Lic. Paula López
A partir de esta imagen, se abre el debate: ¿feminismo extremo o incomprensión de los micromachismos diarios?
En la agenda actual y a partir de la primera marcha #NiUnaMenos el 3 de junio de 2015, todos y todas empezamos a hablar de femicidios, violencia de género, desigualdad de trato y oportunidades, etc.
Parece políticamente correcto decir que adherimos a esta lucha… pero ¿qué pasa cuando hilamos más fino y queremos de/reconstruir los verdaderos micromachismos cotidianos?
Entendemos los micromachismos como sutiles comportamientos misóginos que pasan desapercibidos por su uso y costumbre. Son parte de nuestras vidas; y pocas veces tenemos el tiempo, las ganas y la apertura para poder cuestionarlos, debatirlos, desandarlos y reconstruirlos.
En este caso, “la cuerpa” es una interesante provocación lingüística que nos abre la posibilidad de pensar qué decimos con lo que decimos. Porque claro, para todxs, cuerpo hay uno solo. Y es masculino.
Aquí parto del análisis morfólogico de la palabra (género y número del sustantivo), para llevarlo a la construcción de subjetividades. Nuestro lenguaje es androcéntrico, es decir, el hombre varón es el centro de las cosas.
Es en este sentido, que nos han enseñado que cuando debemos mencionar un grupo heterogéneo (compuesto por masculinos y femeninos), lo correcto es optar por el plural masculino. De esta manera, lo femenino queda subrogado, escondido, invisibilizado. Y como hablamos, nos comportamos.
El lenguaje es formador de cultura. De cultura patriarcal. De hecho para la RAE [1], las cuatro profesiones tradicionales (abogacía, medicina, arquitectura e ingeniería) en principio sólo tenían morfología masculina. Eras abogado, o médico, o arquitecto o ingeniero. Porque siendo mujer, ¿cómo vas a ser abogada, o médica, o arquitecta o ingeniera? Es más, consultando hoy el Diccionario de la RAE, vemos que –ya en desuso-, médica era “la mujer del médico”. Como en los cuentos de Disney, esa era nuestra única misión en la vida: convertirnos en buenas esposas, buenas madres, buenas amas de casa.
Con esto no estamos diciendo que vamos a empezar a decir el cuerpo y la cuerpa. Estamos llamando a un trabajo de introspección crítica. Mejor hablar de ciertas cosas.
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